DEL EDITOR: QUE TERMINEN BALAZOS Y ABRAZOS.

Los obispos mexicanos, han pedido a los candidatos presidenciales, Claudia Sheinbaum, Xóchilt Galvez y Jorge Álvarez Maynez, firmen un compromiso para buscar pacificar el país, incluyendo incluso, una tregua entre el próximo gobierno y los líderes de las organizaciones criminales que tienen secuestrado nuestro país desde hace un par de décadas.

Si en el fondo, muy lejos, esta intención de lograr la paz y tregua entre delincuentes y gobierno tiene un fin algo noble y romántica, no deja de sorprender el que los religiosos pidan a la autoridad, al gobierno, que deje de lado su responsabilidad de dar seguridad y justicia al pueblo de México, ya que ahora más que nunca deben terminar los balazos y los abrazos que tienen apapachados  y corrompidos al llamado gobierno de la Cuarta Trasformación

La mayoría de los mexicanos no sabemos el por qué el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se empeñó en que no se combatiera, como debiera de ser, el problema de la extrema violencia en México, entendiendo que el político tabasqueño es un gran líder y trasformador del país, el que tiene enorme mayoría que lo apoya, por lo que para nada requiere del respeto de quienes viven al margen de la ley y son un verdadero peligro para México, a grado tal, que el gobierno norteamericano los etiqueta como terroristas, lo que puede ser pretexto para que su Ejército llegue a combatir a las bandas criminales en nuestro territorio.

Y no  yendo tan lejos, en nuestro territorio son muchos los crímenes que cometen estos delincuentes que andan por el país como Pedro por su casa, secuestrando, robando y extorsionando sin ton ni son, lo que no ha bastado para que la sociedad civil les marque el alto, pues se sacó de sus cuarteles a los militares para que hicieran esta tarea, la de seguridad, y no han dado la medida, pues la violencia crece día con día en el país.

En esta campaña electoral, la sociedad  está exigiendo a los candidatos en general y a los líderes en especial, que se comprometan a dar la solución para este fenómeno, el de la extrema violencia, parando de inmediato los balazos y para esto, no se deben brindar abrazos, si no acciones que lleven a la cárcel a los delincuentes por muchos años, todos los que deban estar apartados de la sociedad para que se tenga seguridad en el territorio nacional.

Con el proyecto de la CT, queremos también que se lleve a cabo la exterminación de la era del terror, la que vivimos por lergos periodos durante los regimenes del PRI y el PAN, la que desgraciadamente se ha prolongado en estos seis años del gobierno trasformador de López Obrador en el que millones de mexicanos pusimos toda nuestra confianza.

Ya vimos, en este sexenio, que no dio resultados la estrategia de abrazos, no balazos, en la que se incluyó el cuerpo de seguridad  especial bautizado como “Guardia Nacional”, la que tiene mando militar y cuenta con el respaldo de la Marina y el Ejército Nacional y aún así, se han visto rebasados por la extrema violencia que muestran los grupos del crimen organizado que en México tiene gran capacidad de armamento y elementos preparados para los mortales combates.

Los mexicanos no queremos tampoco tregua alguna, exigimos justicia, que impere la ley, que no haya impunidad  para nadie y que los delincuentes sean castigados de manera ejemplar con penas carcelarias que les impida entrar y salir fácilmente de las penales, incluso de las de “alta seguridad”.

Pide también la sociedad mexicana, que no se utilice a nuestras gloriosas fuerzas armadas en tareas policiacas y aprehensión de rateros, extorsionadores y criminales, pues en ellos, los  militares, recae una responsabilidad  mucho más alta, como es la de proteger y garantizar que nadie mancille el territorio nacional y que defiendan nuestras instituciones, dejando a los civiles el trabajo de detener y castigar a viles matones.

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