DEL EDITOR: REVOLUCIÓN MEXICANA, UNA EPOPEYA.

Las nuevas generaciones de mexicanos ni siquiera tienen idea de la magnitud que tuvo la Revoluciòn Mexicana y menos el evento épico que fue, moimiento armado que han minimizado en la actualidad los grupos conservadores y burgueses, los que no pueden entender cómo fue que un pueblo cansado de la opresión se rebelara, tomara las riendas del país y llevara a cabo acciones que sacaron para siepre de la miseria y explotación ancestral a millones de compatriotas.

Y es que esta gesta heroica, la Revolución, cambiò radicalmente la sociedad mexicana, la que estaba regida por la alta aristocracia, los señores feudales, llamados aquí “Hacendados”, y grupos privilegiados de extranjeros, sobre todo españoles que compraban grandes extensiones de terrenos de nuestro país, junto con los naturales de esas tierras, a los que prácticamente esclavizaban, los que eran reconocidos como “peones”.

Este movimiento social que fue encabezado por Francisco I. Madero, rico terrateniente, a los que se le unieron intelectuales y grupos marginados, brotó de lo más profundo de la miseria que vivía la mayoría de las familias del campo y trabajadores de las ciudades, de ahí que sorprendiera a todo el mundo por el radical cambio que logró al repartir la tierra entre quienes la trabajaban, dejando en manos de los trabajadores infinidad de empresas que se regían por cooperativas y sindicatos, llevando de paso la educación laica y gratuita a todos los habitantes de este país.

Desde luego, esto no gustò a los grupos reaccionarios, sobre todo al clero, por lo que luego del triunfo revolucionario y una década después de creada la Constitución de 1917, se llevò a cabo la guerra cristera, la cual pretendió dividir al país y hacer fracasar al gobierno que en esos entonces, era encabezado por los líderes revolucionarios.

Quizá en la actualidad haya quienes desconozcan que en aquellos años, los sacerdotes, monjes y monjas, se declaraban ciudadanos leales a Roma, teniendo como su guía y pastor, al Papa de al iglesia católica, aplicándose en nuestro país una ley que regulaba la participación de sacerdotes y monjes en nuestra tierra, ya que estos trabajaban a f avor del gobierno del Vaticano, el cual era dueño de infinidad de propiedades y riquezas en México.

Luego de esta embestida, los enemigos de nuestro país pusieron en marcha otro plan a largo plazo para poner  freno a la Revolución, el cual consistió el aliarse estos traidores a la patria con fuerzas externas, dedicándose a infiltrarse en los mandos del Partido de la revolución, el PRI, de donde surgieron gobiernos que entregaron el poder otra vez a los extranjeros, hasta llegar al momento en que vivimos una de las peores crisis en nuestro país, en el que subsistimos a duras penas decenas de millones de compatriotas.

Y es que en la actualidad, estamos los mexicanos otra vez en la extrema pobreza, siendo esclavos de los grandes empresarios nacionales  y extranjeros, quitándole los ricos las cosechas a los pobres campesinos y llenos de miedo y terror a causa de los grupos delictivos que hay a todo lo largo y ancho de México.

Ante este panorama desolados, solo nos resta señalar que urge revivir esta revolución traicionada, pero ahora buscando darle cimientos con un cambio radical hacia el socialismo, en el que sean los trabajadores del campo y la ciudad los que tengan el mando y termjinen para siempre con la división de clases y el que una sola persona sea dueña de los medios de producción y explotación de millones de compatriotas.

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