LA TERNURA DE LOS NIÑOS

Esta décima nació de una breve plática que tuve con mi sobrinieta hace quizá un año o dos, tanto me enterneció su inocencia que la capturé en versos. ……. -¿Niña y esa pecera vacía?- -Es de mi pecesito Ponyo, Tito*- -¿Se murió?- -Si, ya no nadó y se quedó en el fondo…- -¿Pero ves aquella estrella, la más brillante? Esa estrella es mi pecesito Ponyo, desde allá nos ve.- … «Ponyo» nuestro pecesito; hoy ha dejado el hogar, no ha parado de volar hacía el azul infinito. Romina con su dedito y la mirada más bella me señala: ¿Ves aquella luz parpadeando brillante? Pues de hoy en adelante… ¡Mi «Ponyo» ya es estrella! © Bravonel

 

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