DEL EDITOR: LA UAN Y LA LUCHA DE CLASES

      La única manera de salvar la Universidad Autónoma de Nayarit por el momento, fue la de refundar la institución educativa, y para eso, se tuvieron que hacer reformas a la ley, pues hubo la necesidad de atacar el despilfarro de los recursos económicos que tiene como presupuesto del gobierno federal y del estado nuestra máxima casa de estudios.

      Esta institución nace hace ya un poco más de 50 años, debido a la necesidad de dar educación gratuita a los jóvenes de familias humildes del estado de Nayarit, pues antes de que el gobernador Julián Gascón Mercado emprendiera la tarea de crear la UAN, solo los hijos de los ricos se iban a concluir sus carreras universitarias a Guadalajara o el entonces Distrito Federal.

      En este medio siglo de actividades han surgido de nuestra universidad miles de profesionistas, siendo cientos los que han dado prestigio a nuestro terruño al destacar profesionalmente a nivel nacional o internacional, lo que nos llena de orgullo, pero también en este mismo lapso hubo grupos de arribistas que se quedaron en la Universidad Autónoma de Nayarit como un verdadero cáncer, provocándole por eso un mal que la tenía a punto de la muerte, pues ya no había recursos con que sostenerla y todo el presupuesto se despilfarraba, eso sí, de manera legal y de acuerdo con la representación de los grupos que gobiernan dicha casa de estudios.

      El Consejo General Universitario integrado por representantes de los sectores estudiantiles, catedráticos y trabajadores, la mayoría de las veces estuvieron dando su total apoyo a quienes estaban al frente de la UAN, los Rectores, y muchos de ellos llevaron a cabo todo tipo de prácticas de corrupción, sin contar el que se aprobaron millonarias pensiones y jubilaciones.

      Así como de este centro educativo han surgido grandes valores, también forjaron peligrosos delincuentes que fueron a dar al gobierno estatal, municipal y representaciones federales, desde donde siguieron operando para conseguir muchos beneficios personales o para dar acomodo a sus familiares más cercanos.

      Como en el resto de nuestra sociedad, en nuestra universidad predomina aún la corrupción, la que apenas se comienza a combatir, solo que a este nivel, el universitario, están dentro de estos planteles los nayaritas mejor dotados intelectualmente, y por lo mismo, la lucha de clases entre quienes tienen el poder y la gran masa explotada, es aún más fuerte.

      En este caso, los trabajadores de la UAN han conquistado, a través de este medio siglo y en ocasiones con el derramamiento de sangre, algunas conquistas salariales y gremiales, las que lógicamente les quieren arrebatar sus enemigos naturales, los ricos.

       La producción universitaria, los muchos profesionistas que ahí son formados, son ambicionados por la burguesía, la que por lo regular los acapara, pero hay otros, una minoría por cierto, que no pierde su conciencia clasista y regresa a las comunidades y municipios pobres a darle atención a sus iguales, la gente pobre del campo y la ciudad.

       Esta lucha de clases que se da en todos los niveles de nuestra sociedad, se hace más dura y apenas perceptible para la mayoría de los nayaritas, dentro de nuestra universidad y por lo mismo, de desaparecer esta institución pública, las consecuencias para las familias pobres y desamparadas de Nayarit serían desastrosas y hasta fatales.  

      Por esta razón, la gente pobre de nuestro estado se debe involucrar en la búsqueda de soluciones para fortalecer a la Universidad Autónoma de Nayarit, impidiendo que siga sido rehén de grupos privilegiados y se acabe de una vez y para siempre el peligro de que vuelva a entrar en graves crisis económicas, de ahí la importancia de acabar con la corrupción y el pillaje, pero sin lesionar los intereses de la clase trabajadora, la que es, sin lugar a dudas, la que ha forjado en este medio siglo un enorme prestigio para nuestra universidad y nuestro estado, de donde han surgido hombres y mujeres que brillan en el ámbito nacional e internacional, que es hasta donde llega el poder de la mente de miles de nayaritas.

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