DEL EDITOR: EL QUE SE QUEMA CON LECHE

      En muchos acontecimientos que se han registrado en nuestro estado, ha sido sumamente fácil darle la vuelta a la página, como se dice coloquialmente cuando se refiere uno a alguna noticia que nos ocupa por semanas o meses, pero en el caso de la devastación que provocara el huracán “Willa” a su paso por el norte de Nayarit, esto no es posible porque tendrán que pasar años para que la población afectada se recupere.

Tal es el caso de la ciudad de Tuxpan, que se ha reconocido fue la población más devastada por la inundación de las desbordadas aguas del río San Pedro, las que siempre han afectada a los habitantes del lugar, pero en esta ocasión las pérdidas suman varios miles de millones de pesos, los que no son fáciles de conseguir y menos por familias que quedaron sin el menor patrimonio y ni siquiera cuentan con un modesto empleo.

Y es que la atención a nivel local y estatal la seguirá acaparando por muchos meses más el río y las medidas de protección que se hagan para que ya no se produzcan estas tragedias, las inundaciones a las viviendas, por lo que se ha visto con buenos ojos el que el gobernador Antonio Echevarría García haya logrado bajar un programa que ya se aplica en la construcción de un nuevo y reforzado malecón, en el cual ahora si se está utilizando material para lograr levantar una gran barda que impida sea derribada por la fuerza del agua.

Se ha explicado que ya se realizan trabajos para dragar el San Pedro, y se nos ha dicho por fuentes fidedignas, que todo el bordo de contención que protege a Tuxpan de las inundaciones, se elevará, en cuando menos, medio metro.

Suman miles las familias de esta ciudad que a raíz del trágico acontecimiento de este pasado 24 de octubre, entran en pánico cuando se presenta un mal tiempo, que haya lluvias intensas y de manera extemporánea, como se espera suceda en estos próximos días, ya que los tuxpeños hemos padecido inundaciones en el mes de diciembre, lo que nos confirma que el que se quema con leche, hasta al jocoque le sopla, como decían nuestros antepasados al referirse a alguna persona que extremaba medidas de seguridad luego de haber padecido alguna tragedia o accidente.

Quienes vivimos en la zona de riesgo de las inundaciones, como es el caso de muchos poblados ubicados a las orillas de los ríos y arroyos y concretamente en la ciudad de Tuxpan, exigimos siempre a las autoridades que hagan construcciones que eviten estas afectaciones, habiendo sido testigos que el viejo malecón construido allá por la década de los años 40’s, en el siglo pasado por el gobernador Gilberto Flores Muñoz, dio seguridad a este pueblo por varias décadas, pues fue alrededor de 1973, cuando el municipio tuxpense era gobernado por el mecánico Rafael González Zamudio, el que fue electo por el pueblo que le dio la espalda al partido oficial en México, el PRI, ya que este fue derrotado por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), cuando una parte de esta construcción cedió y se registró, por primera vez en muchos años, la afectación de viviendas del centro de la ciudad.

El viejo malecón fue reemplazado por una barda que de inmediato fue cuestionada por mucha gente de la ciudad tuxpense, la que se percató que se entraba a una época de enorme corrupción y complicidad entre los políticos, por eso se robaron la mayor parte del dinero y no realizaron una obra de calidad y eficacia, y posteriormente se hizo lo mismo, por lo que ahora se sabe con certeza que la corrupción provocó la devastación de miles de viviendas en Tuxpan.

Hoy, la sociedad nayarita que fue totalmente solidaria con las más de 180 mil personas damnificadas por las inundaciones de los ríos Acaponeta y San Pedro, debe participar vigilando que las nuevas medidas de seguridad que se levanten en todos los pueblos afectados, sean de calidad y que su eficacia sea asegurada por los expertos, debiendo quedar en nuestra cultura el que revisemos siempre los muros y bordos que nos dan protección, ya que nada remedia tapar el pozo luego de ahogado el niño.

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