DEL EDITOR ESTAMOS MUY LEJOS DEL CAMBIO

arturo      En la campaña política que vivimos los nayaritas, no vemos partido o aspirante que hable de llevar a cabo un verdadero cambio en el gobierno, todos buscan nada más el relevo en el mando en el estado, municipios y el poder legislativo.

Los mexicanos, en general, hemos visto con enorme tristeza cómo se ha ido diluyendo el sistema de gobierno que nos heredó la Revolución Mexicana, aquél que fue encabezado por los revolucionarios que llevaron a cabo un sin fin de reformas que fortaleció a la clase obrera y a los campesinos, los que por fin pudieron poseer como propio un pedazo de tierra, mientras que los trabajadores, organizados en sindicatos y cooperativas, fueron, por algún tiempo, quienes doblegaban a los empresarios, más porque muchas empresas pasaron a formar parte del estado mexicano.

Ese modelo de gobierno que jamás llegó a ser socialista y menos comunista, fue domeñado por la clase rica, por los empresarios mexicanos, los que de inmediato se aliaron y se pusieron a las órdenes de los millonarios extranjeros y de los gobiernos de los países más poderosos del mundo.

Comenzó así una era de retroceso para la sociedad mexicana, de opresión y desprecio para los campesinos y trabajadores, a los que cada vez se les reprimía con mayor fuerza, iniciando el debacle para todas las familias pobres de México con el arribo a la presidencia de la República de Miguel Alemán.

En la actualidad, la descomposición de la sociedad mexicana, provocó el arribo a los cargos de elección popular de puros sinvergüenzas, de verdaderos vividores que no manejan el más mínimo ideal, que están aliados con la delincuencia, que forman poderosas y temibles bandas, que son verdadero ladrones que no se detienen ante nada con tal de amasar inmensas fortunas y que se hacen de muchos bienes y abultadas cuentas bancarias tanto en nuestro país como el extranjero.

Por esa razón ya no existen ideales entre la clase política, los que nada mas hablan de cosas intrascendentes, que no comprometen, incluso como Donald Trump, que llegando al poder van a transformar el país en beneficio de tal o cual clase social, pues hay que admitir que el presidente de los Estados Unidos jamás ocultó que pertenecía y beneficiaría, con su llegada al poder, a los norteamericanos ultraderechistas.

En México no vemos, ni siquiera en las intervenciones del político tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, pronunciamientos de buscar el cambio de sistema de gobierno a favor de los pobres, los que requieren se implante el sistema socialista, que se de freno a la iniciativa privada, que se entregue de nuevo la tierra a quienes la trabajan, que los medios de producción se entregue a la clase trabajadora y se combate el capitalismo que enfermó y tiene casi muerta, a la sociedad mexicana.

En Nayarit estamos aún más lejos de esos ideales, con candidatos como “Layín” o Toñito Echevarría García, con el doctor Miguel Ángel Navarro y otros hablantines que lo único que pregonan son viles y descaradas mentiras, que no apoyan a los pobres, que les compran el voto para seguirlos explotando y mantenerlos siempre en la miseria.

Nadie ha salido, ni saldrá, a los pueblos de nuestra entidad en esta campaña política para buscar llevar a cabo una revolución, un cambio radical, mediante el cual se acabe con tantas desigualdad y se inicie, como hace más de cien años con la huelga de los trabajadores de la fábrica textil de Bellavista, en Tepic, el cambio de sistema de gobierno en nuestra entidad y en el país, que se hable de la urgencia de implantar, a como de lugar, el socialismo en todo México, que solamente así, entre contrarios, se podrá enfrentar con éxito la amenaza imperialista que representa hoy el incipiente gobierno del yanqui Donald Trump, quien ya nos mostró el desprecio y nos declaró la guerra a todos los pueblos de la Tierra que no sirvan al amo imperial.

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